La barracuda mutó y adaptó sus branquias a la lluvia acida de la ciudad, sus oídos ahora escuchan las mareas del tráfico, sus escamas resisten los bruscos cambios de temperatura y por ojos lleva un par de cámaras que depredan con voraz apetito, las imágenes del mundo, sus mundos y submundos.
¡Bienvenidos a la mente de esta BARRACUDA VORAZ-VERAZ!